«Lo imprescindible en la lucha es tener confianza y esperanza»

Como parte de una cultura donde cada año mujeres de distintos territorios se encuentran durante una semana para convivir y debatir juntas en torno a los aprendizajes de la ciencia de las mujeres y las experiencias del Movimiento de Mujeres de Kurdistán, este año el Campamento de Jineolojî ha reunido a mujeres de Països Catalans, Euskal Herria, Murcia, Extremadura, México, Alemania, Italia y Kurdistan en Euskal Herria.

Hace ya 10 años un grupo de jóvenes estudiantes entró al barrio de trabajadores Errekaleor, en la ciudad de Gasteiz, para protegerlo de los planes capitalistas de crear apartamentos de lujo y darle vida al barrio con el proyecto ‘Errekaleor Bizirik’. El barrio, rodeado de huertos que suponen una de las principales fuentes de alimentación de las más de 100 personas que lo habitan, y decoradas cada una de las fachadas de sus edificios con grandes murales, en el primero de los cuales se puede leer «You are now entering Free Errekaleor» (Estás entrando en el Errekaleor libre), permite imaginar y soñar sistemas de vida alternativos al sistema de muerte que supone la Modernidad Capitalista.

Entre los días 24 y 30 de julio, el libre Errekaleor nos ha dado cobijo y ha sido testigo de profundos debates, grandes sueños, juegos y bailes colectivos y, sobre todo, mucha creatividad. Organizadas en las comunas Nagihan Akarsel, Hêjar Zozan, Agustina de Aragón, Pastora González y Maravillas Lamberto, y con la sala iluminada con las fotografías de Gulçiya Gabar, Evîn Goyî, Leyla Sorxwin, Helbest Koçerin y Delal Şoreş, entre otras, el campamento estuvo marcado por las huellas e historias de mujeres luchadoras, la herencia y la memoria de cada una de nosotras, motivos y motor de nuestra determinación. El campamento llevaba el nombre de Raperîn Amed, martirizada el 17 de junio de 2022 por un ataque del estado turco. Un video de apertura del campamento con fotografías de Raperîn nos permitió acercarnos más a ella. Las palabras sobre ella, en las cuales se mencionaba que «Raperîn Amed era una militante seria, planificada y organizada, sabía lo que quería y por qué hacía lo que hacía. Además, era una compañera muy social, tenía mucho amor por la gente y siempre pensaba en cómo construir un buen sistema para la sociedad. Por ello, rápidamente era muy querida. Ella pensaba que en la lucha había dos aspectos que eran imprescindibles; la confianza y la esperanza», impregnaron nuestro campamento con su espíritu.

Los contenidos fueron desde una aproximación sociohistórica de las mujeres, con la Arqueología de la Mujer (leer artículo https://jineoloji.eu/es/arqueologia-de-la-mujer/), pasando por la fuerza de la Ideología de Liberación de la Mujer y la Teoría de la Separación, continuando con la necesidad de politizar nuestras emociones y construir relaciones de Convivencia Libre, hasta llegar a los debates por grupo en torno a las temáticas de educación, salud, economía y cultura. Intercalando presentaciones teóricas con talleres, que iban desde debates en grupo hasta métodos creativos como el teatro del oprimido, pudimos compartir análisis, miradas, necesidades, experiencias y propuestas que sin duda fortalecerán nuestra lucha común.

Tuvimos la suerte también de contar con la participación de algunas compañeras que asistieron el pasado mes de junio a la delegación que viajó a la ciudad de Suleymaniya, en el sur de Kurdistán, para presenciar la apertura de la Biblioteca, Archivo y Centro de Investigación de Mujeres Kurdas, proyectó que estaba siendo liderado por Nagihan Akarsel hasta el momento de su asesinato el 4 de octubre de 2022, y que las compañeras de la delegación nos dieron a conocer durante una presentación en el campamento.

La última noche de campamento, en la moral de cierre, pudimos compartir artísticamente los resultados de los días de debates y reflexiones juntas; un teatro que finalizaba con la reunión fundacional del Confederalismo Democrático Mundial de Mujeres, otro que recorría la historia de las mujeres desde la Sociedad Natural hasta la actualidad, canciones de resistencia, poemas de rebeldía, incluso la historia de Nagihan Akarsel reflejada a través de una obra plástica, con libros que simbolizan la biblioteca en la que Nagihan tanto amor y esfuerzo volcó, y mariposas que representan a la propia Nagihan.

Con la fuerza colectiva creada durante el campamento, y teniendo siempre en mente las palabras de Raperîn Amed de que «lo imprescindible en la lucha es tener confianza y esperanza», seguiremos las huellas de cada una de las mujeres sabías, valientes y luchadoras que forman parte de nuestra historia, y lucharemos por una vida buena y bonita.

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