El papel de la convivencia libre en la construcción del socialismo

Nora Merino

El socialismo solo puede lograrse a través de la liberación de la mujer. No se puede ser socialista sin la libertad de la mujer. Mi primera prueba del socialismo es saber cómo hablar con una mujer. Quien no sabe hablar con una mujer no puede ser socialista. El socialismo de un hombre está relacionado con la manera en que se relaciona con una mujer.

De esta manera se refería Rêber Apo en su mensaje del pasado 8 de marzo al vínculo entre el socialismo y las relaciones de los hombres con las mujeres. Asienta la base del socialismo en la liberación de la mujer, y en concreto pone el foco para valorar el socialismo de un hombre en su relación con las mujeres. Con «saber cómo hablar con una mujer», podemos pensar que se refiere a la actitud, el conocimiento y la comprensión de los hombres ante las mujeres y su capacidad de tejer relaciones que superen los patrones de pensamiento y comportamiento hegemónicos para ir hacia relaciones liberadoras que contribuyan al socialismo.

Identificando el problema

La base del socialismo es la sociedad, la base de la sociedad, a su vez, son las relaciones de convivencia entre los individuos que conforman dicha sociedad. Por ello debemos preguntarnos, ¿cuál es la situación y la realidad de las relaciones sociales a día de hoy? Ya sean relaciones amorosas, de compañerismo, amistad o familiares, la realidad con la que nos encontramos es que, tomando como base la ideología y la cultura de dominación generada durante miles de años en la que se coloca al hombre como dominante y a la mujer como oprimida, la sociedad está bloqueada por relaciones de poder que benefician al sistema hegemónico e impiden la construcción o el fortalecimiento de una sociedad democrática y de convivencia libre.

Toda revolución y lucha por el socialismo necesita de ciencia. La ciencia permite analizar y comprender la situación de la sociedad y su realidad socio-histórica; la revolución, a su vez, tiene como objetivo solucionar los problemas de la sociedad sobre una base sociológica. Analizar las problemáticas que vive la sociedad, aquello que no permite a la sociedad vivir y desarrollarse como tal, con sus fundamentos morales y políticos, y comprender los orígenes de dichas problemáticas, es necesario para poder trabajar en su superación y en la construcción de alternativas. Las situaciones que se dan en la naturaleza no las podemos definir como problemas, si no que definimos como problemas sociales aquellos que estropean la consciencia ética y política de la sociedad. La masculinidad y la feminidad son un fenómeno que se reproduce en todos los seres vivos, pero ello no supone ningún problema en la naturaleza. El problema se genera entre la masculinidad y la feminidad socialmente construidas y el significado de la relación entre ambas en la sociedad humana. Así pues, contribuirá a la solución entender el origen de los problemas sociales como la relación de dominación hombre-mujer.

Si observamos con mirada histórica, veremos que la primera contradicción de la humanidad fue la de género; las diferentes instituciones, relaciones y pensamientos sociales se construyeron sobre la base de la relación de hombre dominante – mujer oprimida. No estamos hablando de una relación individual entre un hombre y una mujer, si no de una mentalidad y una cultura que se impuso en la sociedad y en todas las formas que tiene ésta de relacionarse, por lo que sería un error tomarlo como una cuestión simplemente entre hombres y mujeres, si no que se repite también entre mujer y sociedad, sociedad y naturaleza, adultos e infantes… Pero, como base del conflicto, si conseguimos liberar las relaciones mujer-hombre podremos llegar a liberar el resto de relaciones.

Tal y como dice Rêber Apo:

Un método de investigación desprovisto de la realidad de las mujeres, una lucha por la igualdad y la libertad que no sitúe a las mujeres en el centro, no puede alcanzar la verdad, no puede garantizar la igualdad y la libertad. […] En primer lugar, definir a la mujer y determinar su papel en la vida social es esencial para una vida correcta. No expresamos este juicio en función de las características biológicas y la condición social de la mujer. El concepto de mujer como ser es importante. En la medida en que se define a la mujer, también es posible definir al hombre. No podemos definir correctamente a la mujer y la vida en función del hombre. La existencia natural de la mujer está en una posición más central.

En este punto cobra especial importancia la Jineolojî como ciencia de la mujer y la vida, además de como ciencia de la convivencia libre. Sabemos cual fue la situación de las mujeres tras las grandes revoluciones socialistas del siglo XX por las que tanto lucharon. La influencia de la ciencia positivista así como del sexismo y el nacionalismo en el socialismo real fueron motivo que, de nuevo, la realidad de las mujeres no se tomara en cuenta en el análisis sociológico y en la comprensión y definición del propio socialismo, así como las mujeres fueron apartadas del centro a las periferias de la revolución. Los ejemplos de la URSS, Cuba, China o la Revolución del 36 en España son algunos de los ejemplos más evidentes. ¿Qué cambios realizaron en la mentalidad y la cultura social en cuanto a las relaciones entre mujeres y hombres? ¿Cómo se sistematizaron los logros obtenidos por las mujeres con su lucha? ¿Cuál fue el papel que las mujeres pasaron a tener en la sociedad? A pesar de las grandes contribuciones de las revoluciones socialistas para la humanidad, desgraciadamente, las respuestas a estas preguntas son escasas. Las difíciles y cuestionables relaciones que mantuvieron con las mujeres grandes pensadores y revolucionarios como Marx, Lenin o el mismo Che Guevara recuerdan de nuevo la importancia de las palabras de Rêber Apo con las que hemos empezado este artículo.

La convivencia libre como concepto

El original en kurdo es hevjiyana azad, conformado por las palabras hev (co, junto, conjunto) jiyan (vida) y azad (libre). El concepto surgió de una larga experiencia de análisis y práctica y de profundizaciones históricas y sociológicas por parte de Rêber Apo, y entró como tal en la agenda del Movimiento de Liberación de Kurdistán a partir de 2011, tras escribir Rêber Apo sobre él en su quinta defensa La cuestión kurda y la solución de la Nación Democrática desde la isla-prisión de Imrali.

Podemos hablar principalmente de dos tipos de convivencia. Por un lado, la convivencia hegémonica. La hegemonía es una forma de dominación que no se impone únicamente mediante la fuerza, si no que se construye persuadiendo y convenciendo, y de esta manera se convierte en la norma fuera de la cual es difícil pensar. Las relaciones hegemónicas entre hombres y mujeres se fundamentan en la sexualidad; los aspectos políticos, filosóficos, culturales, de amistad y compañerismo son olvidados. ¿Qué tipo de satisfacción y felicidad pueden dar relaciones que no tengan en cuenta todos estos aspectos? Hombres y mujeres no son existencias únicamente biológicas que se contenten con dar respuesta tan solo a sus instintos y deseos. Además, tal y como hemos mencionado, estas relaciones hegemónicas están conformadas por una ideología y una cultura que asume que una parte debe ser dominante y la otra dominada. Por otro lado, la convivencia libre se fundamenta en relaciones que van más allás de la libertad individual, si no que entienden que ésta no es possible sin la libertad colectiva y viceversa, y serán el cimiento de una sociedad democrática. Busca construir relaciones ecológicas, en equilibrio con el entorno, donde la voluntad de las partes es un principio irrenunciable y donde no solamente no hay cabida para la dominación y la opresión, si no que ambas partes se fortalecen mutuamente.

Familia y familia democrática

La familia no está separada de la política. Al contrario, la familia es una institución política e ideológica. Dentro de la familia las personas son preparadas para la vida fuera; lo más probable es que si dentro de la familia la persona aprende una mentalidad y una cultura democrática su vida social será de esa manera; si dentro de la famlia aprende dominación-opresión actuará de la misma forma. Por supuesto que hay otras instituciones que impactan también en la personalidad, pero una de las más importantes es la familia. Al mismo tiempo, si un régimen, un sistema, una ideologia o un movimiento quiere triunfar, tanto como asiente su mentalidad y su cultura dentro de la familia tanto así podrá tener un impacto en la sociedad y mantenerse en el tiempo. La historia está llena de ejemplos de ello. Tanto los sistemas de dominación como los régimenes dictatoriales, o los estados liberales y social demócratas, como los sistemas de socialismo real y sus partidos han intentado dar forma a la familia en base a sus intereses para poder tener un poder en la sociedad. Algunos movimientos anarquistas y feministas han rechazado a lo largo de la historia la institución familiar y han reivindicado su eliminación. Hoy en día encontramos muchos ejemplos en los que, cuando movimientos o partidos liberales imponen cada vez mas el individualismo en la familia las organizaciones de derechas o fascistas ponen el foco en la sacralidad de la familia clásica y conservadora. En base a los intereses esto puede cambiar dependiendo del tiempo y el espacio. Pero nosotras somos conscientes de que los problemas que se viven dentro de la familia, y la mentalidad y la cultura estatal que se reproduce dentro de ella no se solucionarán unicamente con el rechazo de la familia y su destrucción. Como dice Rêber Apo, “la familia es una institución social que no puede ser superada, pero puede ser transformada”.

Con esta mirada, y teniendo en cuenta que el ámbito de la convivencia debe ser uno de los principales temas de la ciencia, la investigación y comprensión sociológica de la familia y el análisis de las dificultades y las posibilidades para convertirla en una familia democrática es una de las cuestiones en las que Jineolojî pone el foco. Mientras avanzamos en el camino hacia la sociedad democrática surgen las preguntas, ¿hasta qué punto podemos construir la convivencia libre si en la familia aprendemos a relacionarnos desde la dominación y la opresión?, como socialistas, ¿cómo podemos vivir de manera comunal y trabajar de manera colectiva si en nuestras familias nos formamos desde el individualismo? La familia, como célula madre de la sociedad, tiene un impacto directo en ésta. Así que la democratización de la familia tendrá un impacto democratizador en la sociedad. Así como la familia nuclear es la imagen micro del estado, la familia democrática puede convertirse en la imagen micro de la sociedad democrática (o socialismo).

Amor

Al hablar de relaciones y de convivencia libre, uno de los principales temas que viene a nuestra mente seguramente sea el amor. Así que pensar y debatir en torno al amor ayudará a comprender la profundidad de la cuestión. Rêber Apo define la modernidad capitalista como un sistema que se basa en la negación del amor. En nombre del amor se llevan a cabo grandes crímenes, asesinatos y violaciones. Lo que hoy se llama amor está más relacionado a la obsesión por poseer y tiene más que ver con el consumismo y la propiedad privada propios del sistema capitalista que con lo que es realmente el amor. La modernidad capitalista fragmentó la vida entre pública y privada e impuso el individualismo a través de la ideología del liberalismo. En esta separación, el amor quedó relegado al ámbito privado, cuando la realidad es que no hay nada que esté separado de la sociedad, del tiempo y el espacio que habitamos. La modernidad capitalista utiliza el arte, el deporte y la industria del sexo para adormecer, manipular y controlar la sociedad. Estas actividades desarrolladas y practicadas por los seres humanos durante miles de años como formas de conexión social y desarrollo de valores comunales hoy se tornan contra nosotras en modo de industrias que controlan los mayores porcentajes de la economía del mundo globalizado. En nombre de la libertad, la mujer es vendida como producto sexual. Las políticas sexuales del sistema hegemónico desarrollan unas relaciones dentro de la sociedad que en nombre de la libertad y del amor nos llevan hacía una vida sin sentido. En este sistema, miremos donde miremos, todo está sexualizado, y es uno de los principales temas de conversación, así como una de las mayores preocupaciones. Con todo, se confunde amor con deseo sexual, cuando el amor va mucho mas allá del cuerpo y del deseo erótico. Las relaciones de propiedad y dependencia que se desarrollan sirven para que el sistema capitalista asegure su continuidad en nombre del amor. Así mismo, el consumismo propio del capitalismo se ha impuesto también en las relaciones, dónde muchas veces podemos ver como se consumen personas, cuerpos, emociones, corazones… todo por escapar de la soledad a la que nos condena el individualismo.

La modernidad capitalista, al potenciar el sexismo como un cáncer, está destruyendo la sociedad en nombre del amor, cuando el verdadero amor es la emoción de sentirse partícipe en la formación del universo. Rêber Apo

No exageraríamos si dijéramos que el principal sentimiento a través del cual el ser humano siente profunda conexión con la vida es el amor. Ya sea por la increíble vitalidad que podemos sentir en nosotras cuando amamos o ya sea por lo dolorosa que se torna la vida cuando dicho amor se convierte en pérdida. Y esa es la gran tragedia de la humanidad. La pérdida del amor. La manipulación del amor. Con ello, ¿acaso no se torna una responsabilidad revolucionaria salvar al amor de la tragedia? Devolverle su auténtico sentido. Y es que no se puede entender el amor si no es desde la libertad, y viceversa. La relación amor-libertad debe ser una relación orgánica y simbiótica. El uno requiere del otro. Porque como dice Rêber Apo, el amor es una vida libre. El amor se convierte en motivo y objetivo. El amor es el principal tema de debate, de preocupación, de dudas, y a su vez es también una de las principales búsquedas del ser humano. Todos buscan el amor, quieren definirlo, sentirlo. La ciencia dice que el amor son reacciones químicas producidas por hormonas, por lo tanto, cuando estas reacciones químicas terminan, se termina el amor. La sociología dice que cuando dos personas enamoradas terminan la relación deben estar 30 días sin hablar para poder superar el dolor de la pérdida. ¿Es que acaso el amor son solo números y hormonas? ¿De verdad la mayor búsqueda del ser humano puede ser algo tan simple?

Hace falta liberar el amor de la definición clásica que lo ha congelado y apresado. Pero para ello primero tenemos que preguntarnos; ¿estoy preparada para liberar el amor de esta definición? El sistema, de la misma manera que ataca nuestra mente y nos impone una manera de pensar ataca también nuestros sentimientos y nos impone una manera de sentir. Por ello, de la misma manera que es importante dejar de pensar como el sistema es importante dejar de sentir como el sistema.

Así mismo necesitamos ir más allá y superar la concepción individualista del amor entre únicamente dos personas, para entender el caracter social del amor. De esta manera, entenderemos la conexión del amor con el entorno, con la sociedad, con la historia, incluso con el universo. Es necesario entonces profundizar en el caracter social del amor, llevarlo más allá de los límites de una relación entre dos personas, y construir lo que Rêber Apo llama un «amor colectivo» y una «personalidad de amor que te haga capaz de amar a millones.» Así pues el amor tiene un caracter social y universal, yuna de las bases de las relaciones de convivencia libre y de una personalidad socialista es el amor social y colectivo.

Una relación mujer-hombre que se separa de su sociedad es como un árbol que se separa de su tierra. Es importante también pensar de qué manera podemos construir relaciones de convivencia libre en un sistema dominante que esclaviza. Un pájaro antes de poner sus huevos construye el nido, pero a su vez, un pájaro no construye el nido en cualquier lugar. Entonces, ¿dónde creamos nuestro nido? Si es en un lugar de esclavitud, opresión, de violencia, no nacerán pájaros capaces de volar. Por ello es importante preguntarse; ¿las relaciones que tenemos están al servicio de nuestra lucha por la libertad o bien están al servicio del sistema? ¿nos potencian, nos hacen crecer en el camino hacia la libertad?, ¿o nos hacen reproducir la ideología del sistema? ¿puedo construir relaciones libres cuando la sociedad no es libre? Son muchas las preguntas que podemos y debemos hacernos, pero como resultado en las respuestas encontramos que el primer y más importante paso es volcar nuestra fuerza y energía en la lucha por la libertad. Debemos conocernos a nosotras mismas, limpiar de nuestras personalidades y mentalidades lo impuesto por el sistema que nos convierte en sus mas fieles representantes, significar nuestras emociones, educarlas y organizarlas. Y hacer de todo ello una cultura social. No sirve con responder “si, yo lo he hecho”. Pues esto sería caer de nuevo en posturas liberales que toman la libertad individual como base, si no que las relaciones que desarrollemos tienen que construir valores éticos y políticos para la sociedad y contribuir a la construcción de la sociedad democrática.

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