Jineolojî es la ciencia para tejer una vida significativa
La palabra Jineolojî está compuesta por la palabra kurda para mujer (jin), que tiene el mismo origen que la palabra kurda para vida (jiyan) y la palabra griega logos – conocimiento o ciencia. Jineolojî, propuesta por Abdullah Öcalan en 2008, busca establecer una nueva ciencia capaz de encontrar respuestas a los problemas actuales y liberar todas las áreas de la vida y la sociedad en su conjunto. No buscamos estas soluciones y respuestas en el vacío, sino que nos remontamos a la historia para entender en qué momento las mujeres y la sociedad perdieron su libertad. El feminismo, las luchas de las mujeres y los movimientos de mujeres en todo el mundo, así como el movimiento de mujeres kurdas con su líder Abdullah Öcalan son nuestra base. Entendemos las sociedades y luchas en las que las mujeres han jugado un papel importante como un hilo que continúa hasta hoy. Una de las preguntas más importantes que se ha planteado una y otra vez en todas estas luchas y en la que también nos enfocamos es: «¿Cómo vivir?»
«La Hilandera»
A medida que se desarrollaron los trabajos de Jineolojî, se formaron varias academias y grupos en Kurdistán, Medio Oriente y Europa que trabajan en el marco de Jineolojî. En este proceso surgió la necesidad de un símbolo común que expresara la esencia de Jineolojî. Con las palabras clave huso, telar, tejido, conocimiento antiguo y arte de las mujeres, emprendimos una búsqueda. Una mujer finalmente tuvo la idea de hacer del antiguo relieve «la hilandera» nuestro logo. El relieve data del año 800 – 600 a.C. Fue encontrado en Susa, el actual Irán, y muestra a una mujer sosteniendo un huso en su mano. Es la representación más antigua hasta la fecha de una persona hilando. Así que decidimos usar este relieve y la escritura Jineolojî en forma de trenza como nuestro símbolo. En estos símbolos y nuestra búsqueda de algo que exprese nuestra esencia, ya es visible nuestra conexión con el tejido y el hilado.
El tejido y el hilado es una tradición muy antigua que se remonta al período neolítico y a la sociedad de esa época, que describimos como «sociedad natural». En ese momento, como podemos ver en los lugares donde vivía la gente, las mitologías de la época y los objetos encontrados, especialmente las figuras femeninas, las contradicciones que existen en la sociedad actual no existían. La asumimos como una sociedad en la que la mujer dadora de vida estaba en el centro de la sociedad, ya que las personas se organizaban principalmente en torno al principio de la vida. Podemos ver que las personas se organizaban colectivamente en pequeños grupos así como en grandes comunidades y que la vida misma era considerada sagrada. La naturaleza era vista como algo vivo y aunque por supuesto había conflictos, como en cualquier época, la guerra y el asesinato en masa eran desconocidos en gran número.
El tejido ya jugaba un papel importante en esta época. Los primeros signos de tejido se remontan a más de 20.000 años atrás. En las antiguas tumbas de mujeres, estas eran enterradas con las herramientas que usaban en su vida diaria. Nosotras, como Academia de Jineolojî, nos encontramos con un ejemplo interesante de esto durante la investigación que realizamos en Efrîn, una región en el Kurdistán Occidental que ahora está bajo ocupación turca. Con respecto al nombre del subdistrito Cindirêse de Efrîn, una madre nos explicó que el nombre no provenía de Jandarius, -nombre de un comandante helénico-, sino de la palabra jin dirêse (o cin dirêse ya que j y c son voces alternativas en los dialectos kurdos), que significa ‘las mujeres están hilando’. Había personas que nos dijeron que en el pasado las mujeres de esa región eran enterradas con su huso.
Además, Marija Gimbutas, quien ha realizado innumerables investigaciones en el campo de la arqueología, especialmente con respecto al papel de las mujeres, describe numerosas pesas de telar encontradas entre 5.000 – 4.000 a.C. en conexión con la diosa pájaro, una de las muchas diosas en la Europa pre-cristiana. La diosa pájaro era una diosa dadora de vida o alimento y su signo se encuentra en las pesas de telar. Marija Gimbutas también se refiere al templo de Radingrad en el noreste de Bulgaria. En el nivel superior había un altar con un telar junto a él para tejer ropa ceremonial. Marija Gimbutas ve esto como un indicador de que el proceso de tejer en sí mismo debió haber tenido un significado sagrado.
Figuras mitológicas y diosas
Hay numerosas diosas diferentes y mitologías en las diversas sociedades en las que el tejido y el hilado son explícitamente el oficio de las mujeres.
Un ejemplo es la diosa maya Ixchel, que se remonta al 1.500 a.C. Es la diosa de la luna, el amor, la artesanía y la medicina. Una representación de ella la muestra como una mujer tejiendo, con el hilo, que también se representa como el hilo de la vida. Como ella controla todo lo que depende del ciclo lunar (agua, fertilidad, cosechas, embarazo), tiene el poder tanto de dar como de quitar la vida.
Otro ejemplo es la diosa Mokosh. Es una diosa eslava y, como diosa madre, era considerada un símbolo de fertilidad, feminidad y también de hilado y tejido. Simboliza la tierra madre húmeda, ya que su nombre se deriva de «mok» (húmedo). En el curso de la cristianización, las áreas que anteriormente estaban bajo la protección de Mokosh fueron transferidas a la santa Paraskeva, así la diosa Mokosh fue devaluada. Hasta el siglo XIX, permaneció la idea de que Mokosh era un demonio femenino que anunciaba su presencia por el sonido del huso. Se decía que el demonio entraba en las casas por la noche y hilaba con los desperdicios producidos al limpiar las fibras para prepararlas para hilar o tejer, hilando también a las personas en el proceso.
En Lituania encontramos las Lauma, que también son conocidas en la mitología letona y yotvingiana. Las Lauma son figuras mitológicas de tiempos pre-cristianos que a veces aparecen en forma de pájaro. Ayudan a la gente buena y castigan a los perezosos y malvados. Están asociadas con el hilado y el tejido. El arcoíris, por ejemplo, fue descrito como la cinta perdida de las Lauma.
Otro importante ejemplo lo encontramos en Euskal Herria, donde la diosa Mari, la cual se define como el espíritu universal de la naturaleza, la gran madre y el universo cosmológico vasco, es representada también como una hilandera del destino. Tradicionalmente algunos investigadores afirmaban que el nombre de Mari está conformado por ama («madre» en euskera) y el sufijo -ari («oficio» en euskera), es decir, ‘el oficio de ser madre’. Sin embargo, una nueva interpretación etimológica, en cierto modo similar, propone que la palabra Mari está conformada, además de por ama, por la palabra hari («hilo» en euskera), la cual a su vez parece formar parte de la raíz lingüística del término aria («linaje» en euskera). De esta manera, la palabra Mari (ama+hari) podría traducirse como ‘matri+lineal’ o ‘linaje+materno’.
Así que en el momento del surgimiento del tejido, era un arte importante y a veces sagrado y, del mismo modo, las mujeres, y correspondientemente la vida, eran sagradas. Esta sacralidad de la vida fue gradualmente reprimida en la historia por el dominio del patriarcado y el capital. Vemos que estos problemas comenzaron con la colonización de las mujeres hace varios miles de años. Cuando hablamos de la colonización de las mujeres, no nos referimos (solamente) a individuos siendo esclavizados, sino a una cierta forma de vida siendo oprimida y vaciada de su sacralidad, por ejemplo, poniendo la capacidad de dar vida de las mujeres al servicio del estado y el patriarcado. La colonización y esclavitud de las mujeres se ha extendido gradualmente a toda la sociedad y hoy una gran parte de la humanidad está esclavizada o colonizada. La sacralidad que puede ser reconocida en las diosas y la naturaleza parece haber perdido todo su valor hoy. La anteriormente sagrada Mokosh, diosa madre, se convierte en un demonio que hila a las personas.
Otro ejemplo de este cambio es el uso de la palabra «hilar» en idioma alemán. En alemán, la frase «ella está hilando» es sinónimo de «ella está loca». Este cambio de significado también se desarrolló a través de las llamadas «casas de hilado» que surgieron en algunas partes de Europa en los siglos XVI y XVII. Las mujeres que eran pobres, mendigaban o eran acusadas de ser prostitutas eran mantenidas en estas casas de castigo. Para disciplinar a las mujeres, tenían que hilar día tras día. Como el desarrollo de las casas de hilado también tuvo lugar en la época de la llamada cazas de brujas, podemos suponer que estos lugares también se usaron para deshacerse de mujeres incómodas. Además, la primera casa de hilado se estableció en Ámsterdam – uno de los centros del capitalismo emergente y como sabemos, para establecer el capitalismo, las mujeres que conectan la vida necesitan ser disciplinadas para hacer funcionar el capitalismo. Podemos ver el proceso de devaluación de las actividades femeninas y las mujeres, especialmente las mujeres mayores que solían ser consideradas sabias. Hay innumerables ejemplos de esto y en estos procesos podemos ver la completa opresión de las mujeres y su forma de vida.
¿Cómo y para qué estamos tejiendo hoy?
Nuestro objetivo como Jineolojî es restaurar la sacralidad de la vida y entender cómo podemos construir una vida en la que lo que da vida, y no lo que la destruye, vuelva a ocupar el lugar central. Pero ¿cómo hacer eso? Para descubrir cómo y qué queremos tejer, una mirada a la mitología puede nuevamente mostrarnos un camino.
En la mitología griega, encontramos la historia de las dos hermanas Filomela y Procne. Procne está casada con Tereo, pero Tereo también desea a su cuñada Filomela. Un día, rapta a Filomela, la viola y finalmente la encierra. Para evitar que lo traicione, le corta la lengua. Filomela era tejedora y pidió un telar para tejer un regalo para su hermana Procne. Tejió su historia en la tela y la envió a su hermana (en algunas historias es una túnica, en otras un tapiz). Procne entendió el mensaje, salvó a su hermana y juntas se vengaron de Tereo. Cuando él las persigue, los dioses convierten a las dos hermanas en pájaros para detener la matanza. Aquí nuevamente encontramos una conexión con la diosa pájaro.
Para entender lo que estamos tejiendo, los mitos de la creación pueden mostrarnos cómo se puede interpretar y vivir el mundo fuera del patriarcado y el capitalismo. En el mito de la creación de los Hopi, una tribu de Norteamérica (isla tortuga), que aún hoy está estructurada matrilinealmente, la mujer araña es una figura central. Ella tiene el poder de tejer los diferentes mundos juntos a través de su red y darles vida. En algunas versiones de la leyenda, está explícitamente vinculada al nacimiento de los humanos. La mujer araña enseñó a la gente a vivir en armonía con la naturaleza. La telaraña simboliza la metáfora del equilibrio que existe entre los diferentes elementos del mundo y la importancia de este equilibrio. También es representada como tejedora y es responsable de enseñar a los Hopi habilidades importantes como el tejido y la agricultura.
Al tejer, Filomela pudo romper su silencio impuesto y conectarse con su hermana. La mujer araña está conectando diferentes vidas y protegiendo el equilibrio. Así que cuando hablamos de tejer, de eso se trata nuestra Academia de Jineolojî – romper el silencio y la opresión de las mujeres, conectarnos entre nosotras y encontrar nuestra propia fuerza. Para todo esto necesitamos investigación, pero como sabemos, la investigación realizada en el sistema capitalista y patriarcal no favorece a las mujeres ni a las personas oprimidas. Por lo tanto, estamos construyendo nuestros propios centros y grupos de investigación. El tema de investigación puede diferir según las necesidades de las mujeres en diferentes geografías. Nuestra investigación nunca es solo con el objetivo de acumular conocimiento. La investigación busca encontrar soluciones profundas a los problemas o contradicciones que enfrentamos como el impacto de la tecnología en nuestras sociedades, la comprensión errónea de la estética que limita la libertad de las mujeres o el impacto de las religiones -solo por nombrar algunos temas que investigamos en los últimos años-. Con seminarios, campamentos y educación estamos en un intercambio constante devolviendo el conocimiento que investigamos pero también viendo a cada mujer y sus experiencias, opiniones y conocimientos como enriquecedores de nuestra búsqueda de la verdad, agregando su propio hilo al tapiz. Al liberar nuestras mentes y pensamientos, sueños y visiones del impacto del patriarcado y el capitalismo, somos capaces de construir verdaderas alternativas.
En este sentido, también esperamos devolver a la vida el antiguo arte del tejido recurriendo a la sabiduría y el conocimiento de las mujeres de todo el mundo, vinculándolos entre sí y usando este conocimiento para cambiar la sociedad en su conjunto.