«El asesinato de Nagihan es una clara evidencia del miedo del patriarcado»
El 4 de octubre de 2022, Nagihan Akarsel, miembro de la Academía de Jineolojî, fue asesinada en la ciudad kurda de Suleymaniya por un mercenario enviado por Turquía. En el momento de su asesinato Nagihan, quien entregó su vida a la causa de la libertad de las mujeres y los pueblos, estaba impulsandoel proyecto de Biblioteca, Archivo y Centro de Investigación de Mujeres Kurdas en la misma ciudad, un espacio para las mujeres de Kurdistán inspirado en las enseñanzas y perspectivas de Jineolojî. El pasado mes de junio los sueños, esfuerzos y amor de Nagihan se materializaron en la apertura de la biblioteca, a la cual asistieron delegaciones de mujeres de diferentes partes de Kurdistan y Europa. En motivo del primer aniversario del asesinato de Nagihan, en este artículo compartimos la entrevista realizada a dos mujeres de Catalunya que participaron en la delegación, en la que comparten sus impresiones y sensaciones en los días que pasaron en Suleymaniya y el significado que tiene para ellas Nagihan Akarsel.
Las dos formáis parte del Comité de Jineolojî de Catalunya, ¿podéis explicar qué supone Jineolojî para vosotras y el trabajo que hacéis como parte del comité?
L: Mi nombre es Lola, y formo parte del Comité de Jineolojî de Catalunya desde hace unos meses. Mi trabajo en el comité consiste básicamente en una investigación sobre la mitología mesopotámica y mediterránea, porque con Jineolojî nos hemos dado cuenta que conocer los orígenes del patriarcado, así como también el periodo anterior al patriarcado, en el cual las mujeres eramos el motor principal de la sociedad -tanto en la cohesión como en el avance de la sociedad- nos da fuerza para luchar contra el patriarcado con base de conocimiento. La Jineolojî para mi ha supuesto precisamente darme cuenta de que no basta con ser feminista, no es suficiente con actuar día a día, ni con ser reactiva ante las situaciones de opresión que vivimos las mujeres, sino que hay que ir más a fondo y conocernos desde nuestros orígenes, y conocer también el patriarcado desde su origen, para luchar contra él de manera no solo efectiva, sino duradera.
F: Mi nombre es Fanny, soy compañera de Lola en el Comité de Jineolojî de Catalunya y llevamos el mismo tiempo. Las dos hacemos este trabajo de investigación. Dentro del comité tenemos compañeras que trabajan investigando, otras se encargan de la formación, y también divulgación. El tema que estamos investigando Lola y yo es el de la mitología y las diosas, y es un tema inmenso y muy importante, estamos aprendiendo muchas cosas. En relación a Jineolojî, me ha permitido saber dónde estoy, quién soy, como mujer y dentro de la historia. Nosotras no teníamos historia. Nuestra historia siempre la han escrito desde fuera, y generalmente los hombres. Con Jineolojî te encuentras inmersa en un devenir histórico, una corriente fuertísima. Tengo 66 años, ojalá lo hubiera conocido antes, hubiera sido más rebelde y hubiera podido afirmarme sobre mis propios pies; pero sin historia no tienes argumentos. Jineolojî ha dado sentido a mi realidad como mujer inserta en toda la realidad de las mujeres.
El pasado mes de junio viajasteis a la ciudad de Suleymaniya para participar en la apertura de la Biblioteca de Mujeres; explicad el significado que tuvo para vosotras participar de esto.
F: Antes de nada, me impactó estar en Mesopotamia, nunca pensé estar allí, es la cuna. Para mi era muy importante poder estar en Mesopotamia, y en Kurdistán. Por un lado, Mesopotamia, por todo el contenido histórico, y por el otro, Kurdistán, por la afinidad que siento con el pueblo kurdo. Sobre todo ser partícipe de un acontecimiento de tanta fuerza como la inauguración de la Biblioteca de mujeres, un proyecto maravilloso por el cual nuestra compañera fue mártir. A su vez, este viaje me ha servido para ponerme cara a cara ante mi eurocentrismo. Me creía que tenía las cosas muy claras y que no compartía la mentalidad de supremacía de la gente de Europa, pero no es así, y está bien ponerse cara a cara con tus propias limitaciones.
L: Muy interesante lo que comenta Fanny sobre el eurocentrismo, porque realmente, cuando realizamos este viaje, yo pensaba que estaba libre de ello al sentirme conectada con el pueblo kurdo, pero no es así de simple. Para mi, al llegar me encontré en un ambiente que a mi me gustaba. No me refiero en concreto a la finalidad del viaje, si no más bien a la sensación al estar en contacto con la atmósfera en Suleymaniya. Esa sensación de que las personas se preocupan de ti, la gente vive atenta a las otras personas, no para censurarlas sino para estar en comunidad. Al volver percibí la falta de eso. Es algo de la forma de vivir de la gente allí que me penetró y noté a la vuelta que eso no estaba. Y por supuesto vivir constantemente con las emociones, sobre todo en la inauguración de la Biblioteca; había una emocionalidad muy latente que se contagiaba a las compañeras internacionalistas. Incrementar vínculos y hacer vínculos nuevos era muy fácil en ese sentido.
Además de la biblioteca, ¿qué otros lugares conocisteis?
L: Ademas de la biblioteca, visitamos otras instituciones de mujeres y de movimientos sociales y democráticos. Hacen un gran trabajo con mujeres víctimas de violencia de género, además de otros colectivos vulnerables. Con pocos medios hacen un gran trabajo y con amplia repercusión, porque lo hacen con mucho conocimiento, dedicación, militancia y sabiendo que todas las mujeres estamos en el mismo barco en el tema del maltrato. Con muchos más medios aquí hacemos muchas menos cosas. Fuimos al museo de Mesopotamia; para mi la visita al museo fue parte de la atmósfera del lugar y de sentirme inmersa en la cultura. El museo está muy bien cuidado, está hecho con mucho amor y pocos medios. Me impresionó el trabajo pedagógico que hace, y me impresionó que, a pesar de que Mesopotamia es un territorio colonizado desde hace tantos años y por tanto se le ha arrebatado gran parte de sus riquezas ancestrales arqueológicas -los museos europeos están llenos de las riquezas de Mesopotamia-, a fuerza de conocimiento y de amor por su tierra este museo consigue transmitir lo que fue la cuna de nuestra cultura y nuestra sociedad. Lo notas en lo que se conserva, cómo se conserva y cómo te lo explican. Hay un pequeño apartado con pequeñas figuras de diosas madre; cuando preguntamos por ellas apareció una mujer para explicarnos detalles y resolver nuestras dudas. Es un amor por la tierra que nos ha cobijado a todas de alguna forma. Después del museo conocimos el proyecto de arte de Xwebûn. Tuvimos la gran suerte de poder asistir al parto del catálogo de este trabajo artístico que llevó mucho tiempo y que comprende artistas de un gran nivel y una gran sensibilidad, y muchos conocimientos de arte. Me impresionó la calidad artística de estos trabajos.
F: Además de visitar la biblioteca y asistir a la inauguración de la misma, fuimos a una serie de organismos e instituciones que nos dieron una visión general de la enorme fuerza y capacidad de organización que tiene el movimiento kurdo en unas condiciones tan difíciles, porque el gobierno regional es muy represivo con el movimiento. Quiero destacar la enorme hospitalidad con la que fuimos acogidas en cada lugar que visitamos. En todos ellos había fotos de mártires; hacía poco había habido un ataque en Rojava y las fotos de las mártires asesinadas en este ataque presidían las reuniones que tuvimos. Admiro no solo la fortaleza sino la generosidad y hospitalidad que tuvieron con nosotras, unas personas que venimos de un lugar que no les está ayudando. Con respecto al museo, se respiraba un ambiente especial. Recuerdo las figuritas de las diosas madres, pero me llamó mucho la atención la copia que tienen del Código de Hamurabi. Podemos comparar el periodo de las diosas en una sociedad igualitaria y más humana, y el Código Hamurabi -ya en pleno patriarcado- que fue muy importante en su época y que tiene una reglas de castigo social terribles. Pudimos ver en el museo este fuerte contraste de la evolución histórica. Se notaba mucho amor al museo. Tuvimos la suerte de, después del museo, ir a la biblioteca en el momento en el que acababa de llegar el catálogo del proyecto Xwebûn en el que Nagihan había puesto mucha energía. Fue un momento muy bonito, tuvimos suerte de estar allí en ese momento.
¿Cómo visteis la situación de las mujeres en Başur (sur de Kurdistán)?
F: Realmente no se veía a muchas mujeres por la calle. Pero tampoco se veía una situación de tener miedo en la calle por ser mujer. Lo que nosotras vivimos fue una calle bastante tranquila. También es cierto que un par de ocasiones necesitamos ayuda para llegar a sitios, y fueron mujeres las que se acercaron a preguntarnos si necesitábamos algo. Nos comentaron que Başur es una de las zonas con mas violencia contra las mujeres; tienen poca ayuda por parte del gobierno, e incluso se ha dejado de informar sobre el número de asesinatos de mujeres. Durante los días que estábamos allí una mujer se prendió fuego. Una compañera, en otro contexto, nos habló de la violencia de los estados fascistas como Irak, que siempre buscan un enemigo exterior, en este caso Irán, y cómo después de la guerra, en cada casa de Başur había quedado un Sadam Husein.
L: Debo decir que en este sentido tuvimos poca oportunidad de conocer la realidad de personas que no fueran del entorno militante, nos basamos en lo que veíamos por la calle. Había poca presencia de mujeres salvo algunos lugares concretos, como tiendas, o chicas jóvenes que de alguna manera ocupaban la calle, como una nueva generación que trata de ganar su lugar de manera natural. Las situaciones de violencia sobre las mujeres, por lo que nos explicaron, son muchas. Con una mirada un poco amplia podemos ver que vamos de la mano, porque no es tanto el número -allí se han dejado de contar y aquí se cuentan y parece que hacemos un ranking-, pero la cuestión es más el nivel de cómo está impregnado el patriarcado en nuestras sociedades, y reconocer a la mujer como campo de batalla, sea en una guerra o sea en la guerra interna de los hombres que canalizan contra las mujeres. No es cuestión de número si no de la gran huella del patriarcado en la sociedad.
¿Qué os sorprendió o marcó más?
L: Es difícil decir solamente una o dos cosas. La inauguración interna de la biblioteca es un momento realmente difícil de explicar con palabras; estoy muy feliz de haber podido vivirlo. Casi no se podía acceder a la parte central donde las compañeras daban sus mensajes de solidaridad, y casi no podíamos entenderlo, pero así se captaba más la esencia de la biblioteca. Además de libros y un espacio para investigar, en la biblioteca está la vida, y allí esta viva Nagihan, ella vive allí. Las compañeras lo notaban, iban al espacio dedicado a Nagihan y volvían con mucha fuerza, emocionadas o llorando. No se puede narrar pero se podía sentir. Eso me dejó muy impresionada; expresarlo así queda corto.
F: Es difícil explicar en palabras el impacto que supone estar allí. A la vuelta, durante unos días estuve en una especie de nube. Esta entrevista está bien porque nos ayuda a ir concretando sobre la tierra esa amalgama de sensaciones tan intensas que se tienen allí. Por destacar algo, en la biblioteca era impresionante la cantidad de mujeres y el amor que se generaba entre nosotras. Eso lo quiero poner en valor porque la pregunta anterior hacía referencia a la situación de las mujeres y la violencia. Esta sensación, no solo en la biblioteca sino los días que pasamos con las compañeras, nos evidencia la fuerza que las mujeres tenemos. Por ello, quizás lo que más me he traído conmigo es saber que, incluso en lugares donde la violencia contra las mujeres es tan fuerte, hay mujeres que no tienen miedo y que tiran para adelante, y tengo la sensación que al tirar ellas me tiran a mi también hacía adelante. Esa es la gran enseñanza que he sacado de las mujeres de Başur.
El 4 de octubre de 2022 asesinaron a Nagihan Akarsel, miembro de la Academia de Jineolojî que lideraba los trabajos de creación de la biblioteca. ¿Qué podéis decir acerca de este asesinato y los feminicidios políticos contra las mujeres del Movimiento de Liberación de Kurdistán?
F: Puede resultar extraño establecer diferentes tipos de asesinatos de mujeres. Los feminicidios son resultado del patriarcado, «la maté porque era mía», etc. Los feminicidios políticos como el de Nagihan son una guerra contra las mujeres que tiene el objetivo de atacar y descabezar al movimiento kurdo. Pero es como la cabeza de la hidra, que cortas una y salen cuatro. Puedes asesinar a una mujer con un rol importante, como Nagihan, pero saldrán muchas mas. Me impresionó mucho cuando asesinaron a Nagihan y supe de ella, porque pensé «qué miedo da una biblioteca y centro de investigación de mujeres». Ella fue asesinada por crear una biblioteca y un centro de investigación. Al fascismo esto le da mucho miedo, pero si además viene impulsado por mujeres, le aterra. El asesinato de Nagihan es una clara evidencia del miedo del patriarcado. Ver a las compañeras de Nagihan en la inauguración de la biblioteca, con todo el dolor pero con toda la fortaleza de tirar para adelante, fue increíble. Dentro de ellas hay dolor y vacío por Nagihan. Pero lo bueno de este movimiento y de Jineolojî es que el grupo tiene tanta fuerza que el dolor propio está consolado por todas. Lola ha destacado cómo al volver había sentido lo diferente que eran las relaciones en Kurdistán; yo en ese sentido pienso que aquí tenemos un enorme problema de individualismo, y por eso nuestros dolores son tan insoportables. Lo que yo vi allí fue que, frente un martirio provocado por el terror del patriarcado a las mujeres y a Nagihan, había todo un grupo de mujeres sustentando la pérdida y el dolor y cubriendo los vacíos provocados.
L: Estos feminicidios políticos concretados en territorios de Kurdistán y en el movimiento de mujeres, son un intento por parte del estado turco fascista de aniquilar esta fuerza, en lo cual se equivocan absolutamente porque, como ha dicho Fanny, cada asesinato, cada mártir, pare muchas nuevas luchadoras. Más que una muerte es un nuevo nacimiento, aunque esa muerte sea muy dolorosa y se tenga que acompañar con la solidaridad del grupo.
¿Qué representa para vosotras Nagihan Akarsel?
L: No conocí a Nagihan hasta que supe de su muerte. Con lo cual mi mirada es a partir de ese momento. Entiendo que es una mujer que representó y representa que la lucha no se abandona y que la lucha tiene diferentes formas, relacionadas con la cultura, con el conocimiento y con la importancia de que se extienda a toda la sociedad, especialmente a las mujeres, para que tomen la fuerza de ser quienes investigan y ponen a la luz la situación de violencia. Esta fuerza de Nagihan la llevaba dentro. Me impresionó conocer algunos aspectos de su personalidad a través de la compañera que vino al Campamento de Jineolojî este verano, cuando explicó la espiritualidad de Nagihan relacionada con la naturaleza. Eso complementa muy bien con su legado político, tenía una visión vinculada con la naturaleza y la espiritualidad de la misma, la sensación de que puede pasar algo y aún así tener la convicción de seguir. Una actitud de «lo se, es mi vida, y mi vida y mi muerte son mi lucha».
F: Yo tampoco conocí a Nagihan, ha sido a raíz de su muerte. Como dice Lola, en el Campamento de Jineolojî se nos dio una proyección mas profunda de quién era ella. A veces pienso que Nagihan representa la resistencia de la diosa, y en los lugares donde las mujeres resisten, de alguna manera, ella está allí. Como no la conocía, para mi ahora está más viva que antes, porque se ha convertido en un símbolo de resistencia y en un símbolo de amor. Nagihan de alguna manera sabía que su vida podía estar en riesgo, y a pesar de ello continuaba. Para mi es un ejemplo, para mi es la diosa, la resistencia de la diosa. Respecto al tema de la espiritualidad, quería añadir que no solo Nagihan, sino muchas compañeras kurdas, y también compañeros, me han enseñado a no renunciar a mi metafísica y mi sentido de la espiritualidad. Lo he tenido siempre pero no sabía cómo alimentarlo, e incluso me avergonzaba del sentido metafísico y espiritual de la vida; ahora dejo que fluya. Esto también me lo ha enseñado el ejemplo de Nagihan.
Como mujeres, madres e internacionalistas, ¿qué mensaje queréis enviar a las mujeres del mundo?
F: Mujer, madre e internacionalista, es todo el sentido mayor de mi vida. Con respecto a madre, creo que todas las mujeres somos madres aunque no tengamos hijas. Por poner algún ejemplo, cuando estábamos en Suleymaniya, llegamos a una casa donde había juguetitos, y alguna de nosotras dijo «aquí hay un bebe» y el hecho de que hubiera un bebe era algo que nos gustaba a todas. El sentimiento de las mujeres hacia lo que les rodea es el sentimiento de las madres, independientemente de que tengas hijas o no. Creo que las madres de internacionalistas, e internacionalistas ellas mismas, tienen la difícil misión de aceptar que sus hijas están en un camino que puede tener dificultades, pero a la vez es muy hermoso. Si eres internacionalista y madre de internacionalista, tienes mucho que compartir con tu hija. Quiero decirle a las mujeres que estamos todas juntas, estamos juntas diferentes generaciones, y eso significa compartir y transmitir experiencias sin límites. Quiero motivar a las mujeres a sentir que pertenecen a la gran nación de las mujeres, que aunque es la primera nación oprimida será la última nación oprimida, porque con nuestra liberación no habrá más naciones oprimidas.
L: A todas las mujeres les puedo decir que somos transmisoras de vida. Este concepto, que no puede discutirse, se intenta rebajar y convertirlo en algo que es solamente dentro de casa, solo con tus criaturas, mediatizado por el capital y el consumismo. Pero transmitir vida no es nada de eso, sino ser conscientes de que la vida es todo, también es la política y la lucha. Transmitimos eso siendo o no madres biológicas. Quiero decir que es un orgullo ser madre de un internacionalista, cuando pares a alguien lo lanzas al mundo y si ese alguien toma el mundo para transformarlo es un honor. Además eso me acerca mucho emocional e espiritualmente a las madres kurdas. Porque siento que comparto algo con ellas, aunque sin el padecimiento que ellas experimentan y sin tener el entorno de cohesión social que ellas tienen. Pero ser madre de internacionalista me da un honor que no se materializa, me siento cercana a las madres de las luchadoras y luchadores por la liberación del pueblo kurdo.
Rêber Apo, Abdullah Öcalan, lleva 25 años en la isla-prisión de Imrali, y desde hace más de 30 meses no se tiene ningún tipo de información sobre su situación. ¿Que queréis comentar acerca de su aislamiento y por su liberación?
L: Han convertido el aislamiento de Rêber Apo en algo que querían que fuera peor que la muerte. Pero de su aislamiento, a pesar de las condiciones inhumanas, salen libros y teorías que podemos aplicar en Kurdistán y en todo el mundo, sale un enorme saber y una fuerza tremenda. A veces pienso que envejece, que pierde energía, y que no puede comunicarse mínimamente con el exterior, no sabemos nada de él. Y sin embargo, se que, de nuevo, el estado fascista turco y sus cómplices no han vencido. Porque este aislamiento que perseguía ser peor que la muerte, se ha convertido en un lugar donde se plantan semillas, donde crece la ideología y el propio movimiento. Debe ser liberado de inmediato.
F: Rêber Apo no puede seguir un día más allí. Ha habido demasiada complicidad de los estados con Turquía. Más allá de esta reivindicación justa, es increíble que una persona que lleva 25 años en prisión e incomunicado por completo siga alimentando un movimiento tan fuerte como el kurdo. Poco antes del complot Rêber Apo impulsó toda la formación del movimiento de mujeres. Creo que él sabía que algo iba a pasar, y que las mujeres debían estar fuertes para mantener el movimiento. Si no hubieran estado fuertes las mujeres -sin menospreciar el trabajo de los hombres kurdos-, ¿qué hubiera pasado? Rêber Apo es el gran profeta o gran filósofo del s.XXI, porque su paradigma es el futuro al que debemos dirigirnos. Pienso que Turquía no valoró correctamente la fuerza de Rêber Apo y del pueblo kurdo, y se metió en algo de lo que no sabe salir. Pienso también que si hubiera más presión internacional Rêber Apo estaría en la calle, así que es una vergüenza para todos los estados.
¿Queréis añadir algo?
L: Si esto llega a las mujeres del Movimiento de Mujeres de Kurdistán, que reciban un saludo y mucho amor
F: Conocer el movimiento kurdo y entrar en Jineolojî me ha enseñado que la vida es algo muy profundo y tiene un gran sentido. Jineolojî y el movimiento kurdo me han ayudado a tomar conciencia y valorar la vida. Ahora que tengo 66 años, a veces doy un vistazo atrás y pienso «qué ha sido mi vida y qué sentido tiene». A raíz de conocer el movimiento kurdo y Jineolojî mi vida ha cobrado un gran sentido. Las kurdas me han enseñado, con su actitud, el sentido de la vida. Es un sentido de la vida que nos enraíza y nos relaciona con la historia y las personas que han pasado por el mundo, y me aleja de lo que significa el Estado, el patriarcado y el capitalismo, que son tres monstruos que destrozan la vida de las personas. Las mujeres kurdas y el movimiento kurdo nos enseñan que la vida no es eso. Esto me reconforta incluso ante la muerte. Todo tiene un gran sentido.